Las (buenas) gentes del rock
Miles de personas estuvieron sobre la pradera del Batel para disfrutar de la primera jornada de 'Rock Imperium Fest', cuya distribución presenta novedades con respecto a ediciones anteriores, pero con similar buen ambiente.
Los rockeros copan casi todas las edades, como ayer pudimos comprobar, una vez más, en la apertura del cuarto 'Rock Imperium Fest', tanto de personas de avanzada edad como de nuevas hornadas generacionales. Incluso, es una afición que se vive en familia, aunque algunos de tus retoños tengan pocos meses de vida, lo que también, como en ediciones anteriores, pudimos comprobar. Por cierto, incidentes 'cero', como es tradicional con estas buenas gentes.
El factor más común para los seguidores de 'la música rocosa' ('rock' significa 'roca') es el atuendo negro, ese color que tanto se evita en días calurosos, por regla general, pero que es el primero que se elige caso de acudir a un festival de rock, pues es una marca para señalar a los amantes de esta buena música, ya sea dando botes como de forma más estática, pero sin dejar de mirar al escenario.
La pradera del Batel presenta cambios en esta cuarta edición. Ya no forma parte del complejo la parte superior de la muralla ni hay gran escalera para acceder a esa altura ni escenario junto a la UPCT para 'los otros' grupos. Todo lo que ofrece esta edición está sobre el verde (no tanto) césped.
No faltan las estatutas que utilizan Carthagineses y Romanos en sus actos, como el águila romana y otras esfinges. Junto a la entrada se ha situado esta vez el punto 'Violeta', cuando antes estaba en las alturas. Antes están las casetas de acceso y más abajo la zona de carromatos gastronómicos, mientras que enfrente se ubican otros servicios, además del estand de los históricos festejadores antes aludidos y del área principal para cargar las pulseras para consumir. El vaso (con el logo impreso del evento) cuesta 2 euros y la cerveza de menor o normal tamaño vale 6 euros. Valgan estos datos como orientativos.
La gran barra sigue este año en el centro del 'campamento' y en su entorno es donde más gente se ve sentada sobre el césped, pues ahí sí puede adoptar esa posición, a diferencia de las proximidades de los dos escenarios. También muy cerca está la zona de ludoteca para niños y los aseos, cuyo mantenimiento higiénico es constante.
Hay más, como el área elevada en la parte inferior de la muralla para que puedan ver los conciertos sin molestias las personas con problemas de movilidad. Aunque este año haya perdido metros cuadrados, sigue siendo un festival que cuida mucho los detalles.
Ayer fueron miles las personas que acudieron, muchas procedentes de muy dispares lugares que enseguida se mezclaron con los lugareños, algunos de los cuales combinó sentir en directo el rock con ver el partido de Jimbee de fútbol sala a través del móvil. ¿Hizo calor?, por supuesto entre las dos y las ocho y algo de la tarde, más o menos, pero en cuanto cayó el sol una agradable brisa invadió el recinto, dejando una noche muy agradable (salvo en las zonas de más aglomeración, como es de suponer) para ver a los grupos principales del jueves. Hoy, más...