La Virgen del Carmen urbana recupera la procesión
La imagen de la iglesia de la calle del Carmen ha sido la primera que sale a la vía pública con banda de música desde que llegó la pandemia. No fue una procesión con el formato habitual en esta tierra, pero sí tuvo esa sensación su traslado para asistir al arribado de bandera en Capitanía, yendo sobre una peana sobre ruedas con dos maromas que eran tiradas por mujeres. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)
La Archicofradía de Nuestra Señora de Carmen ha vuelto a celebrar sus principales fechas del año. Resurgida hace cinco años, ha potenciado de gran manera la celebración de la festividad de la Virgen del Carmen en la iglesia denominada y ubicada en la calle del mismo nombre. 
Tras las jornadas de la novena y los nombramientos de honor (pinchar aquí), llegó el día grande, 16 de julio. Eucaristía en el interior del templo, mientras la imagen, que la tarde anterior salió a la fachada para ver a su fieles, seguía siendo epicentro de poses y fotografías de decenas de cartageneros y visitantes de la ciudad en estas fechas. Algunos también adquirían 'los panes del Carmen', un pan solidario creado por la archicofradía cuya recaudación se destina de forma íntegra a Cáritas Parroquial. Tras la entrega de los escapularios, minutos después de las ocho y media de la tarde, la ‘Estrella de los mares’ se aprestaba a cruzar la entrada de la iglesia y adentrarse en la calle del Carmen.
Era un momento muy esperado y que congregó a muchas personas que no dejaban de tomar instantáneas y vídeos con sus teléfonos móviles. Antes, las personas que iban a bajar a la imagen por la escalinata hasta la calle eran objeto de un control de temperatura para asegurar que ninguno portase el coronavirus. Debido a esas limitaciones de seguridad sociosanitaria se omitió el uso de portapasos.
La banda de cornetas, tambores y gaitas de Diego García hizo sonar el himno de España mientras se llevaban a cabo las maniobras de salida de la Virgen, para después ponerse en marcha, tras el estandarte de la archicofradía, en dirección a Capitanía. La Virgen era llevada por un grupo de mujeres tirando dos maromas que enganchaban la peana sobre pequeñas ruedas. Detrás, los sacerdotes, cargos de la archiofradía, políticos, representantes de diversos colectivos y amplio grupo de ciudadanos que la acompañaban y cuya presencia se correspondía con la habitual de las procesas de las procesiones pasionarias.
Tras el arriado de la bandera de España, que tuvo lugar a las 21.24 horas, la virgen regresó a su casa, cerrando la jornada el canto de la 'Salve marinera' y un pequeño castillo de fuegos de artificio.
