Robos en barcos de La Azohía tras 'obligar' Costas a alejarlos del pueblo
Navegantes de esta localidad del oeste cartagenero están pasando un verano nada tranquilo debido a los robos que están sufriendo sus embarcaciones por una situación que tuvo su 'chispa' cuando la Demarcación de Costas prohibió los más de cuarenta amarres seguir donde llevaban más de medio siglo y barcos, barcas y zódiacs, teniendo que buscar nuevos lugares (en zonas oscuras y desprotegidas) para dejarlos. Los afectados negocian regresar al fondeo original de forma legal ("pero sólo nos ponen trabas"), reclaman más seguridad y, de forma paralela, han creado patrullas de vigilancia de madrugada. "No dañábamos la poseidonia, lo que sí han hecho los que han arrancado los anclajes", proclaman.
Los robos en embarcaciones están de moda este verano. Hace unas semanas publicamos que se llevaron un motor de una zodiac en El Portus y desde la Policía Local se informa que han recuperado en un huerto de limoneros de La Aljorra una lancha sustraída el pasado sábado en Cabo de Palos. Son ejemplos de una situación que se está dando en la costa cartagenera y que tiene una especial incidencia en La Azohía, donde se han producido varios robos en diversas embarcaciones, lo que ha llevado a los propietarios a crear patrullas civiles de vigilancia, como informó este diario la pasada semana.
Sin embargo, el problema va más allá del cabreo por los robos, pues tiene relacionado el lugar donde dejar las embarcaciones. Es más, los afectados relacionan ambos.
Uno de los afectados, que desde hace más de tres décadas disponía de un punto de amarre, explica a este diario que fue en marzo cuando la Demarcación de Costas ordenó retirar los 'muertos de fondeo' alegando que este tipo de anclaje dañaba el fondo marino, especialmente, en verano cuando aumenta la cifra de embarcaciones en el lugar. "Llegó un barco y quitó todos 'los muertos' porque decían que dañábamos la poseidonia, cuando no es cierto, nuestro daño no era ni mínimo en el terreno ecológico. Realmente, si viniera un biólogo vería que el lugar de anclaje ha creado una poseidonia y que los que realmente han atentado son los que los han arrancado", expone, recalcando que el sistema era muy simple con un cabo abajo y una boya arriba, nada más", indica, apuntando también que donde estaban se encontraban protegidos del viento Lebeche y de las olas.
Los afectados pidieron una alternativa exponiendo que desde la ciudad hasta el fin del municipio de la costa oeste no hay puerto deportivo, pero no encontraron respuesta, optando por llevar las embarcaciones a la zona de Arenal, que está bastante más alejada de las viviendas del pueblo. "Dijeron las autoridades que sólo admitirían fondeos, pero no 'muertos', avisando que podrían venir sanciones", añade quienes buscaron otro lugar bajo su responsabilidad.
Indicar que estos amarres habían llegado a los actuales propietarios por herencia familiar, cesión u obsequio, según exponen ellos mismos, reconociendo que, quizás, "estábamos de forma ilegal, pero sin hacer daño a nadie".
Los perjudicados han contactado con la Demarcación de Costas del Estado y con el Ayuntamiento de Cartagena para buscar una "legal" solución, "pero sólo nos hemos encontrado con trabas".
Y mientras siguen sin encontrar la solución a este problema, llega otro, pues ahora los barcos están en un área con poco alumbrado en una época en la que está de moda robar en los barcos en la costa cartagenera, especialmente los motores, causando los consecuentes daños a la embarcación. Se han producido al menos tres robos, destacando el sufrido por el club de buceo, de donde se llevaron una zodiac, el remolque y un motor de doscientos CV. En La Azohía también hay otro delito que quedó en intento y que registró un detenido. "Un vecino vio, sobre las seis de la madrugada, que le estaban robando y llamó a la policía, que logró coger a uno de los dos que estaban robando", apunta nuestro interlocutor, uno de los afectados con los que hablamos. La solución es pagar a dos personas para que, de madrugada y con linternas potentes, vigilen la zona donde están ahora varadas las barcas.
Los vecinos piden vigilancia más intensiva de la Guardia Civil y de la Policía Local, cuyo cuartel en La Azohía está cerrado este verano. Además, respecto al lugar donde dejar las embarcaciones, no entienden porqué Costas ha actuado contra ellos cuando "en Isla Plana los más de veintitantos barcos siguen donde estaban y no ha pasado nada. Es aberrante lo que han hecho, no tienen ni idea de lo que es la mar", concluyen.
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