¿Es útil la medición de la fragilidad para predecir eventos adversos en mayores?
El trabajo de investigación lo ha realizado la geriatra Carmen Alcaraz López del Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena. El objetivo ha sido evaluar la utilidad de realizar la valoración de la fragilidad en pacientes ingresados en una Unidad de Agudos de Geriatría, viendo la capacidad de predicción de eventos adversos y mortalidad de las diferentes escalas utilizadas para ello.
La especialista del servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Cartagena Carmen Alcaraz López ha realizado la defensa de su tesis doctoral “Utilidad de la medición de fragilidad en ancianos hospitalizados por patología aguda” en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. con calificación de sobresaliente CUM LAUDE.
El objetivo principal del trabajo de investigación ha sido evaluar la utilidad de realizar la valoración de la fragilidad en pacientes ingresados en una Unidad de Agudos de Geriatría, viendo la capacidad de predicción de eventos adversos y mortalidad de las diferentes escalas utilizadas para ello.
A través de este estudio se han obtenido interesantes resultados acerca del papel pronóstico de las diferentes escalas e índices sobre la aparición de los eventos analizados.
La conclusión final fue que la medición de la fragilidad mediante la aplicación de dichas escalas es útil por su alta capacidad predictiva sobre los eventos que pueden sobrevenir en el año siguiente a la hospitalización de pacientes mayores y, por tanto, podría ayudar en la toma de decisiones futuras para con los pacientes.
Estos pueden ser la aparición de delirium e infección nosocomial, la estancia hospitalaria prolongada, la mortalidad intrahospitalaria, la polifarmacia e institucionalización al alta, la aparición de caídas en los meses siguientes al alta, los reingresos y el empeoramiento de la calidad de vida en el año siguiente al ingreso.
Para este estudio se ha llevado a cabo un estudio observacional de cohorte prospectivo en pacientes ingresados en la Unidad Geriátrica de Agudos del Hospital Universitario Central de la Cruz Roja de Madrid, con seguimiento a 6 y 12 meses tras el alta hospitalaria. Se incluyeron 158 pacientes, con una edad media de 88 años
Para medir la fragilidad se utilizaron distintas herramientas, como la Escala de Fragilidad Clínica (CFS), el índice Pronóstico Multidimensional (MPI), el índice Fragil-VIG y la escala FRAIL.
La fragilidad se define como un estado clínico, asociado a la edad, con una disminución de la reserva fisiológica y de la función en múltiples órganos y sistemas, lo que confiere una disminución en la capacidad para hacer frente a factores estresantes crónicos o agudos, y una mayor vulnerabilidad ante los mismos.
Así, se asocia con un mayor riesgo de resultados adversos de salud como caídas, peor recuperación o secuelas tras procesos clínicos coincidentes debido a una infección, cirugía, efectos medicamentos, etcétera, hospitalización, institucionalización y/o muerte. Es especialmente relevante la asociación entre fragilidad y progresión a discapacidad o dependencia.
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